El tabaco a Europa los trajo Cristóbal Colon, pero no de inmediato se conocería sus propiedades. Se cultivó inicialmente en los jardines de Lisboa para fines medicinales y como planta ornamental. Sólo cuando los marineros posteriores viajaron al “Nuevo Mundo” y de regreso, conocieron la sensibilización acerca de su uso, estaba claro que las hojas de tabaco se pueden utilizar como un estimulante.