
Hojas de tabaco – una antigua planta medicinal
Las hojas de tabaco Burley o virginia son las variedades de tabaco más famosas del mundo. El tabaco en sí es una planta que fue dada al mundo con el descubrimiento de América por Cristóbal Colón. Puede parecer sorprendente ahora, pero cuando el tabaco llegó a Europa fue tomado rápidamente como una planta medicinal. Esto fue gracias al explorador, quien notó que la gente del nuevo continente cultiva estas hermosas hojas no sólo para fumar. También los usaban para curar enfermedades allí. Por eso podemos ver el nombre del tabaco en las antiguas farmacopeas y en los libros de hierbas europeas. Hoy en día, el tabaco no es una planta medicinal, pero algunos de los productos químicos que contiene pueden ser utilizados con fines medicinales.
Hojas de tabaco – uso
Las hojas de tabaco solían ser la única, y básicamente la reserva de hojas se utilizaba en el estreñimiento persistente o en la obstrucción intestinal. En Norteamérica, los indios usaban el tabaco como tratamiento para el dolor de muelas. Y en Sudamérica y Brasil, era un remedio conocido contra los parásitos de la piel. Los estudios epidemiológicos a largo plazo también han demostrado una incidencia mucho menor de la enfermedad de Parkinson en los fumadores. Por lo tanto, se puede encontrar un número de publicaciones sobre el uso de la nicotina en el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y otras enfermedades similares. También se basa en las últimas investigaciones sobre el uso potencial de las hojas de tabaco en el tratamiento de los accidentes cerebrovasculares. De hecho, los inhibidores neuronales especiales presentes en el tabaco se utilizarían aquí.
Hojas de tabaco – Nicotianae folium
En las hojas de tabaco el principal ingrediente activo es una sustancia llamada nicotina. Su contenido en la planta depende, por ejemplo, de la variedad específica o de las condiciones climáticas en las que se cultiva. La nicotina es un líquido incoloro y ligeramente aceitoso que se disuelve fácilmente en agua. En grandes dosis es un veneno y puede incluso llevar a la muerte. En pequeñas dosis aumenta la presión arterial y estimula el ritmo cardíaco. Además, la nicotina tiene un efecto calmante en el sistema nervioso.